¿Sabías que el sistema GPS (Global Positioning System) no rastrea tu ubicación directamente, sino que tu receptor (en el móvil) calcula su propia posición? Lo hace recibiendo señales de tiempo precisas de al menos cuatro satélites GPS en órbita. Midiendo el tiempo que tarda cada señal en llegar, y conociendo la posición exacta de los satélites, el receptor puede triangular su propia ubicación en la Tierra mediante cálculos geométricos, un proceso que requiere una sincronización temporal extremadamente precisa gracias a relojes atómicos a bordo de los satélites.