¿Sabías que la revolucionaria herramienta de edición genética CRISPR-Cas9, que permite modificar el ADN con precisión, está expandiendo sus aplicaciones mucho más allá de la terapia génica humana en 2025? Se utiliza para desarrollar cultivos agrícolas más resistentes a sequías, plagas o enfermedades; para crear mosquitos modificados genéticamente que no transmitan malaria o dengue (impulso genético); y en biología sintética para diseñar microorganismos que produzcan biocombustibles o fármacos. Su relativa facilidad de uso acelera la innovación, pero también intensifica los debates éticos sobre la modificación de ecosistemas y la línea entre terapia y mejora.